Perú ampliado
Perú es uno de los países más ricos en lo que a recursos hídricos se refiere, pero su distribución en el territorio resulta desigual: la mayoría de la población habita en la zona costera y seca. Las brechas de acceso a los servicios de agua y saneamiento también acusan la desigualdad entre el ámbito urbano y el rural, pero en los últimos años el país está realizando una fuerte apuesta por lo rural.
Las operaciones de la Cooperación Española en agua se centran, fundamentalmente, en poblaciones de la sierra alejadas y sin cobertura. En muchos casos se trata de comunidades indígenas con un enfoque específico de necesidades y una cosmovisión propia. La cartera consta de tres programas que dotarán de servicios de agua y saneamiento a comunidades, principalmente de la sierra, y de un programa que fue reintegrado.
Los dos programas bilaterales se ejecutan a través de las correspondientes mancomunidades municipales, que han mostrado una marcada debilidad institucional y han supuesto diversos retrasos y un muy bajo nivel de avance, lo que llevó a plantear un cambio en el modelo de ejecución. En el caso del PER-030-B esto no resultó posible y el programa ha finalizado su ejecución con sólo dos proyectos terminados en las localidades de Canales y Las Pircas, en la Región de Piura, lejos de los resultados inicialmente previstos. El monto no invertido está en proceso de reintegro.
En el caso del Programa PER-029-B, en la Mancomunidad del Río Santo Tomás (Cusco), se concretó un convenio de colaboración para incorporar como nuevo ejecutor al Programa Nacional de Saneamiento Rural (PNSR), con quien se ejecutó exitosamente el programa de la cartera bilateral (PROCOES), lo que está permitiendo agilizar su ejecución. El programa finaliza en 2020, pero se tiene la intención de solicitar una prórroga que permita finalizar con éxito el 100% de alcance inicial.
El programa multilateral, administrado por el BID, finalizó en 2018 y ha permitido mejorar la cobertura de los servicios de agua y saneamiento en 335 localidades rurales (centros poblados con menos de 2.000 habitantes) y 6 pequeñas ciudades (de menos de 15.000 habitantes) de 32 distritos de los departamentos de Ayacucho, Apurímac, Huancavelica, Cusco y Puno, mediante inversiones en construcción, rehabilitación, ampliación y mejoramiento de sistemas de agua potable y saneamiento. Además, se ha fortalecido e impulsado la creación de Juntas de Agua para la gestión del recurso, y se ha apoyado la capacitación de las Direcciones Generales relacionadas con el agua y el saneamiento del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Este programa no sólo ha ayudado a reducir las brechas de cobertura de los servicios de agua potable y saneamiento en las áreas rurales del país, sino que también ha supuesto un cambio cualitativo con la introducción de baños dignos en sustitución de las tradicionales letrinas, lo que supone infraestructura de más calidad y mayor seguridad para las mujeres, aumentando puntos de agua. También ha contribuido a mejorar y modernizar las normas técnicas del sector y, a través de sus actividades de intervención social y post-ejecución, a la formación de capital social y humano en las comunidades donde ha actuado, en particular en aquellas comunidades en las que ha intervenido a través de los denominados núcleos ejecutores: un modelo de ejecución comunitario para la construcción de los sistemas que han sido clave para la buena marcha de los proyectos. Se ha sistematizado esta experiencia como buena práctica para la ejecución de programas rurales.