El Fondo del Agua en Bolivia
Bolivia es uno de los países de la región con amplias necesidades hídricas y de saneamiento y uno de los más vulnerables al cambio climático, lo que provoca cíclicas crisis del agua con recurrentes sequías e inundaciones. En los últimos años, el agua y el saneamiento han sido priorizados en la agenda política nacional, por lo que se están desarrollando acciones relevantes en este sector. Fruto de ello son las iniciativas para la elaboración de estrategias y planes nacionales en los que participan la mayoría de las instituciones y actores del sector.
2019 ha sido un año de transición para los programas del Fondo del Agua en Bolivia y para el propio país. Finalizaron los programas orientados al aumento de cobertura en áreas rurales y se iniciaron nuevos programas, integrados en operaciones de blending con varios financiadores, más enfocados en la gobernanza, la gestión integral de los recursos hídricos y en garantizar la sostenibilidad y calidad de los servicios en áreas periurbanas. Por otra parte, el contexto social y político del país ha influido en el ritmo de ejecución de los programas, que ha experimentado una ralentización.
Las líneas de actuación más relevantes están relacionadas con la gobernanza, a través del impulso de la Estrategia Nacional de Agua Residuales y el apoyo al regulador de los servicios de agua y saneamiento, que se ha llevado a cabo con la implicación de expertos españoles y bolivianos. También se colabora en la implementación de los derechos humanos al agua y al saneamiento a través de programas orientados a la provisión de servicios en el ámbito periurbano y al refuerzo de la sostenibilidad de los sistemas. En las líneas de trabajo existe un enfoque de la gestión integral de los recursos hídricos por medio de la integración del componente ambiental, el manejo de sequías y el drenaje urbano en la planificación de los principales operadores del país. La mejora del tratamiento de aguas residuales es otra prioridad, con el apoyo a la puesta en marcha de un centro de soluciones experimentales de tratamiento.
La cartera actual en el país se concreta en dos programas que aúnan donaciones bilaterales de la Cooperación Española y financiación de diversos actores. En ambos, además del FCAS, participa también la Unión Europea a través de programas de cooperación delegada.
En el primero de los nuevos programas en ejecución, el FCAS aporta 5 millones de euros y la UE, a través de sus fondos LAIF, 15 millones de euros para financiar el programa Apoyo al Programa de Agua y Alcantarillado en Áreas Urbanas y Periurbanas, a través de una operación de blending en la que también participa el BID con un crédito de 55,5 millones de euros , y el propio país con aportaciones municipales (22,2 millones de euros ) y de ámbito nacional (27,7 millones de euros procedentes del programa de canje de deuda con España), conformando una operación global de 125 millones de euros.
Esta operación se puso en marcha en 2018 y la parte que se gestiona desde el FCAS (20 millones de euros incluyendo los fondos delegados de la UE) ha experimentado un leve avance durante 2019.
En el segundo programa, que aún no ha empezado a implementarse, el FCAS aporta 3 millones de euros y la UE ha aprobado una donación de 15 millones a través de una operación de cooperación delegada para financiar el Programa de Gestión Integral del Agua en áreas urbanas, en una operación que previsiblemente contará con la participación del BID y de FONPRODE, conformando una cartera global de 129 millones de euros.